Este programa tiene como propósito principal ofrecer a los niños y sus padres una atención después de las 16:30 horas hasta las 20:00 horas, que es el horario donde muchos padres se ven complicados con el cuidado de sus niños. No saben a quién dejárselos, y si al dejarlos con alguna vecina o niñera estarán bien cuidados, si recibirán la atención necesaria y suficiente, entre otras preocupaciones.
Las mayores fortalezas de este programa son, mayormente, que a los niños se les entrega protección y bienestar, que es la mayor preocupación de los padres. Por otra parte, no existe diferencia entre los niños que asisten a jardines con horarios normales, a los que asisten a los de extensión horaria, lo que se ve reflejado claramente, en que los niños (de extensión horaria ) reciben los conocimientos y aprendizajes de manera equitativa a los niños de otros programas.
Una de las grandes mejoras de este programa, es que los niños reciben atención con respecto al juego, y, por otra parte, se les ayuda y satisfacen sus necesidades, intereses y características de los niños. Esta propuesta que se acaba de nombrar, es una totalmente diferente a la que emplean los jardines con horarios normales.
Sin embargo, existen también ciertas debilidades en este programa. Estas, aunque no son muchas, pueden influir tanto en los padres, como también en los niños asistentes. Una de las grandes desventajas que puede presentar este programa, es que, los padres de alguna manera se "aprovechen", y dejen al niño en el jardín más de lo que realmente necesitan. Otra debilidad, va tomada de la mano con lo mencionado anteriormente; que los padres tengan realmente la necesidad de que su hijo vaya al jardín en estos horarios, ya que, si no es necesario, esta familia le estaría privando un servicio realmente importante para otra familia. Finalmente, pero no menos importante, una de las debilidades que quizás no se consideran mucho al momento de instalar e implementar estos jardines es el lugar físico donde se encuentren. La idea es que no sean es lugares que presenten mucha vulnerabilidad, ya que las parvularias al salir de la institución ponen en peligro su integridad física.
Junto con esto, es importante recalcar que no existe ningún tipo de estudio que diga que un niño se encuentra mejor en las manos de parvularias, en un institución, a que esté con sus padres, con su familia, en su hogar.
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